"¿Cómo afectan los problemas de lateralidad en el rendimiento intelectual y emocional de los niños, adolescentes y adultos?"
Entrevista a Joëlle Guitart Baudot, fundadora del Centro de Terapia de Psicomotricidad Y Lateralidad
El concepto de lateralidad surge de la dominancia neurológica que cada hemisferio cerebral ejerce sobre una parte del cuerpo. Esta dominancia neurofisiológica se realiza a través de las vías sensoriales y motoras. Por lo tanto, cuando estas vías se ven obstaculizadas toda la comunicación neurofisiológica se ve mermada afectando de este modo nuestro rendimiento mental (potencial intelectual, concentración, memoria...), emocional (motivación, ansiedad...) y locomotor (agilidad, equilibrio, motricidad fina…). Joëlle Guitart es especialista en el tema.
Perfil de Joëlle Guitart
La consulta de Joëlle Guitart Baudot, en el número 246 de la calle Muntaner de Barcelona, lleva más de 40 años ejerciendo su actividad con su equipo de colaboradores. Guitart llegó a la ciudad condal con el título recién obtenido en París. Aquí se conocía la terapia psicomotriz, y menos aún su existencia como carrera con titulación universitaria.
Su actividad difusora empezó bien temprano. Le pareció necesario dar a conocer en Catalunya una disciplina que podía beneficiar a muchas personas que sufrían algún tipo de trastorno psicomotor y especialmente trastornos de lateralidad. Organizó seminarios, conferencias, charlas en colegios, invitó a profesionales extranjeros, radios, artículos…
Es palpable que en 40 años esta disciplina ha penetrado en los medios profesionales y en la sociedad en general. “Me siento orgullosa de mi labor pionera, de haber hecho posible la presencia de esta disciplina en Barcelona, y de haber puesto mi grano de arena en su expansión”, concluye la Sra. Guitart.
La complejidad del diagnóstico obliga a realizar un examen concreto y riguroso
Una vez corregido el trastorno no se producen recaídas
-¿Qué es la lateralidad?
La lateralidad es un trastorno hereditario que tiene un origen neurofisiológico y que frena el potencial intelectual de la persona. Tiene que ver con el proceso de lateralización que todo individuo experimenta a lo largo de su desarrollo psicomotor y, ante todo, tiene su relación con la dominancia que ejerce uno de los hemisferios sobre otro. Este proceso tiene, por tanto, su sustrato en la neurofisiología.
-¿Es posible detectar y diferenciar todos los trastornos que causan lateralidad?
Efectivamente, al igual que sucede con algunas patologías médicas, la complejidad del diagnóstico obliga a realizar un examen concreto y riguroso. En mi caso, llevo más de 40 años perfilando y precisando este examen diagnóstico. En base a éste, programo y realizo en el Centro unos ejercicios que estimulan la sinapsis, los recorridos neurofisiológicos que activan el lóbulo cerebral correspondiente a la lateralización debida. Es un tratamiento de ejercicios y no de fármacos. Se cura como mínimo al 80%. Una vez corregido el trastorno no se producen recaídas.
-¡Vamos a curarles! ¿El tratamiento a quién va dirigido?
El tratamiento va dirigido por ejemplo a aquellos niños y adolescentes con grandes dificultades en su rendimiento escolar. Son alumnos lentos, presentan gran dispersión, problemas de comprensión lectora traduciéndose también en el entendimiento de las mates. Tienen mala letra. No saben copiar un dictado y realizar una síntesis, un esquema sinóptico. Y que sin embargo, presentan un cociente intelectual normal, o a aquellos jóvenes "bloqueados" ante la exigencia de decidir sobre sus orientaciones académicas y profesionales en la vida, o también a aquellos adultos cuyas dificultades de concentración y organización limitan intensamente su rendimiento profesional y emocional, ya que todas estas dificultades acaban afectando tanto a nuestro estado de ánimo como a nuestra manera de relacionarnos con nosotros mismos y con los demás.
-Es decir que los trastornos de la lateralidad no afectan únicamente a los niños…
Desde luego. Además de los niños y de los adolescentes, tratamos a adultos totalmente autónomos de 30, 40, 50… y hasta más de 70 años. Recuerdo el caso de una paciente de 74 años con dificultades de: habilidad manual, equilibrio, coordinación locomotriz, estructuración del espacio y del tiempo, memoria, sufrimiento personal y familiar, ansiedad y predepresión. El hecho de que una persona tenga establecida una lateralidad heterogénea desde la infancia (no hay que olvidar el carácter hereditario de la lateralidad) no significa en absoluto que no se le pueda estimular y tratar todas aquellas áreas mermadas por dicho trastorno. La meta terapéutica es armonizar su rendimiento mental y emocional estimulando aquellas zonas que se han visto afectadas por los diversos cruces que se han ido constituyendo durante su proceso de lateralización.
-¿Cómo afectan psicológica y emocionalmente estas patologías en los pacientes?
Cuando uno o varios de los componentes de la lateralidad como son la lateralidad innata, la lateralidad usual o la lateralidad gestual entran en colisión se produce lo que yo llamo disarmonía de la lateralidad o lateralidad cruzada. Estas disarmonías afectan al desarrollo psicomotor y psicocorporal del individuo en su progresiva construcción de su identidad. Afectan por lo tanto a la construcción de su esquema corporal (por ejemplo, son niños patosos, se le caen las cosas de las manos) o a su organización perceptiva (aspecto importante en el área de lecto-escritura). Pero lo más importante es que también van a afectar a las tres dimensiones en las que se encuentra toda construcción, a saber: la dimensión temporal (niños que no saben situarse bien en el tiempo, no distinguen el ayer-hoy-mañana), la dimensión espacial (niños, adolescentes, adultos que se desorientan, que pierden las cosas, que les cuesta poner un orden en su vida) y, por último la dimensión relacional, y por lo tanto afectiva (inseguridad, timidez, falta de autoestima, desmotivación y sufrimiento).