
Entrevista a Viliulfo Díaz, Director de VILIULFO DÍAZ ABOGADOS Y ASESORES TRIBUTARIOS - HISPAJURIS
"El estudio y el esfuerzo son las claves para la consolidación de cualquier despacho de abogados"
Viliulfo Díaz Abogados y Asesores Tributarios comenzó asistiendo jurídica y económicamente a empresarios y sociedades. Hoy, y con oficina central en Gijón, ofrece el máximo rigor técnico, con la calidad, disponibilidad, ética y entrega al cliente como principales objetivos. Viliulfo Díaz, su socio fundador, nos habla del despacho, que ofrece servicios que abarcan todas las ramas del derecho, así como consultoría y asesoramiento económico-financiero a empresas.
-¿Cuál es la filosofía del despacho y con qué objetivos se fundó?
Comenzó con la actividad de asistencia jurídica y económica a empresarios y sociedades en sus vertientes económicas, mercantil, contable, laboral y fiscal. Nuestros clientes demandaban además un asesoramiento legal en actuaciones judiciales. Los principios fueron duros pero satisfactorios, ya que la complementariedad de servicio hizo que éste creciera hasta el punto de contar al poco tiempo con varios abogados, además de profesionales de la economía. El despacho forma parte de Hispajuris, asociación de abogados, del que ha sido uno de los fundadores y principales impulsores.
-Este año se conmemora el 25º aniversario de la fundación de su despacho...
La clave para la consolidación, tanto del pequeño despacho como del grande, es en-contrarse siempre al corriente para afrontar con éxito el inmenso campo del derecho y la economía, actualizando equipos, y accediendo a Internet y bancos de datos, pero la base de todo es el estudio y el esfuerzo.
-Usted defiende la necesidad de especialización para el abogado. ¿Cómo se compagina la especialización en un despacho multidisciplinar?
La auténtica motorización legislativa, junto a la aparición de nuevas situaciones humanas y técnicas, exigen la especialización de un abogado. Pero ésta debe ser matizada. La especialización viene bien, pero hay que tener unos conocimientos profundos de todo lo jurídico. Por otra parte, la especialización se presenta de forma diferente en un despacho colectivo que individual. En los primeros se reparte entre los diversos letrados que lo componen, a diferencia del segundo, en el que es necesario que el titular elija tan sólo una o dos disciplinas jurídicas.
-¿Cuál es el grado de preparación de los nuevos licenciados de derecho?
Es aceptable, pero la licenciatura no supone la garantía de preparación para dar comienzo la actividad profesional. Se estaba demandando una normativa que exigiera requisitos complementarios a la posesión del título para el ejercicio de la profesión. La ley 34/2006 establece la necesidad de acreditar la capacitación profesional mediante la superación de una formación especializada y su posterior evaluación. A veces se le da poca relevancia a la práctica, pero en todas las ciencias sociales es necesaria, siempre acompañada de una buena teoría.
-Con la continuidad asegurada con la implicación en la firma de alguno de sus hijos ¿qué retos de futuro se plantean?
He tenido la suerte de contar con tres hijos implicados de lleno en el despacho. El futuro, por tanto, se presenta halagüeño. Los retos son seguir creciendo de forma continuada, mejorando la eficiencia, lo que aseguraría el futuro del grupo.
Comenzó con la actividad de asistencia jurídica y económica a empresarios y sociedades en sus vertientes económicas, mercantil, contable, laboral y fiscal. Nuestros clientes demandaban además un asesoramiento legal en actuaciones judiciales. Los principios fueron duros pero satisfactorios, ya que la complementariedad de servicio hizo que éste creciera hasta el punto de contar al poco tiempo con varios abogados, además de profesionales de la economía. El despacho forma parte de Hispajuris, asociación de abogados, del que ha sido uno de los fundadores y principales impulsores.
-Este año se conmemora el 25º aniversario de la fundación de su despacho...
La clave para la consolidación, tanto del pequeño despacho como del grande, es en-contrarse siempre al corriente para afrontar con éxito el inmenso campo del derecho y la economía, actualizando equipos, y accediendo a Internet y bancos de datos, pero la base de todo es el estudio y el esfuerzo.
-Usted defiende la necesidad de especialización para el abogado. ¿Cómo se compagina la especialización en un despacho multidisciplinar?
La auténtica motorización legislativa, junto a la aparición de nuevas situaciones humanas y técnicas, exigen la especialización de un abogado. Pero ésta debe ser matizada. La especialización viene bien, pero hay que tener unos conocimientos profundos de todo lo jurídico. Por otra parte, la especialización se presenta de forma diferente en un despacho colectivo que individual. En los primeros se reparte entre los diversos letrados que lo componen, a diferencia del segundo, en el que es necesario que el titular elija tan sólo una o dos disciplinas jurídicas.
-¿Cuál es el grado de preparación de los nuevos licenciados de derecho?
Es aceptable, pero la licenciatura no supone la garantía de preparación para dar comienzo la actividad profesional. Se estaba demandando una normativa que exigiera requisitos complementarios a la posesión del título para el ejercicio de la profesión. La ley 34/2006 establece la necesidad de acreditar la capacitación profesional mediante la superación de una formación especializada y su posterior evaluación. A veces se le da poca relevancia a la práctica, pero en todas las ciencias sociales es necesaria, siempre acompañada de una buena teoría.
-Con la continuidad asegurada con la implicación en la firma de alguno de sus hijos ¿qué retos de futuro se plantean?
He tenido la suerte de contar con tres hijos implicados de lleno en el despacho. El futuro, por tanto, se presenta halagüeño. Los retos son seguir creciendo de forma continuada, mejorando la eficiencia, lo que aseguraría el futuro del grupo.