
Entrevista a Alfredo Mesalles, gestión y reciclaje del neumático fuera de uso (N.F.U.) y productos del caucho
El neumático fuera de uso como materia prima, no como residuo
Alfredo Mesalles, S.A. (AMSA) es una empresa familiar actualmente en su tercera generación, creada en 1945, cuando su fundador transformó en profesión la filosofía de postguerra de reciclar los escasos materiales disponibles. Ahora, consolidados como referentes en el sector del caucho, principalmente en la gestión y reciclaje de neumáticos, esta empresa familiar encara en 2016 la unificación de sus plantas y procesos.
-¿Ha cambiado mucho la gestión y reciclaje de neumáticos y otros derivados del caucho desde que su empresa comenzó a trabajar?
Ha habido multitud de cambios, tanto desde el punto de vista técnico y de la maquinaria empleada, como legales y de procesos. Y, por supuesto, de concienciación. Hasta hace muy poco los neumáticos se tiraban a los vertederos creando peligrosas bombonas de gas por la descomposición orgánica a su alrededor. Los residuos están asociados a la humanidad: donde hay humanos, hay residuos; y eso hay que gestionarlo.
-¿Qué volumen de neumáticos gestiona y recicla AMSA al año?
Nuestro ámbito de trabajo es Catalunya y una parte de Aragón. Somos el gestor de neumáticos de referencia en estas comunidades. Nos avala nuestra experiencia, y es que, por ejemplo, estuvimos más de una década gestionando la única máquina trituradora en toda Catalunya. En 2014 gestionamos un total de 12.888 toneladas de neumáticos y derivados varios del caucho.
-¿Y qué porcentaje se recicla?
Siguiendo el espíritu de la normativa de reciclaje, entre un 10-15% de estos neumáticos serán canalizados para darles un segundo uso con el mismo fin para el que fueron diseñados, es decir, seguir siendo ruedas, bien tras un recauchutado, bien en el mercado exterior que demanda estos productos de segunda mano, o bien, como elemento de protección, en carreras deportivas o en el ámbito marino, creando mallas de neumáticos.
-¿Qué ocurre con el 85% restante?
Para nosotros, el reciclaje funciona cuando existe una cadena de valor y entendemos el N.F.U. como una materia prima y no como un residuo. Nuestro trabajo es valorizar el material que recogemos. Los neumáticos se componen de goma, acero y algunos como los de los turismos, también textil. Nosotros separamos estos materiales con el principal objetivo de obtener la goma. Es el producto que buscamos, ya que tiene grandes propiedades elásticas y termoestables: es flexible y resistente, tanto sometido al frío como al calor. Una vez separada, la granulamos en diferentes tamaños según las necesidades o particularidades de la nueva aplicación o vida, hasta llegar incluso a polvo.
-¿Qué aplicaciones prácticas tiene este caucho procesado?
Hay muchas y de muchos tipos. Precisamente, por esta termoestabilidad tan particular de la goma. Esto permite sustituir con goma reciclada otras materias primas más caras y aportando ventajas técnicas además. Sus usos más habituales van desde rellenos en sistemas de hierba artificial, su uso como capa base amortiguadora para pavimentos de seguridad y pistas deportivas, pasando por placas de aislante térmico y acústico en construcción, o rellenos de obra civil como puentes, diques o pavimentos. También como producto agregado al firme de las carreteras, porque ayuda a reducir la sonoridad y le da más elasticidad al asfalto.