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El despacho se ha ido adaptando a los cambios legislativos y a la dinámica jurídica y social actual. Es muy difícil resumir estos cambios y definir el momento actual, que se caracteriza por un permanente cambio no solamente social y empresarial, sino también en la manera de gestionar los problemas jurídicos. La aparición de la figura de la mediación es uno de estos cambios destacados.

 

Estoy convencido, porque conozco a muchos compañeros, que todos los despachos se esfuerzan en resolver de la mejor manera posible los asuntos que se les encarga. Pero concretamente el nuestro dedica un esfuerzo especial en que el cliente tenga una información lo más amplia y actualizada posible de su caso, cosa que la experiencia me demuestra que es muy apreciada por ellos. Una suficiente información previa ayuda a tomar la decisión más adecuada para resolver un problema que, en el campo jurídico, casi siempre es complejo y susceptible de enfoques variados.

 

Nos dedicamos básicamente y de manera principal a la empresa, es decir, el núcleo de nuestra actividad es el derecho mercantil y de empresa, pero también otras ramas jurídicas que inciden en el mundo empresarial: administrativo, cada vez en aumento, protocolos familiares, etc. No gestionamos personalmente asuntos fiscales, laborales ni penales, pero tenemos un equipo permanente de profesionales especializados que pueden resolver cualquier cuestión en cada uno de estos ámbitos. También nuestro despacho colabora de manera habitual con un prestigioso despacho de Bruselas para aquellos asuntos comunitarios que lo precisan.

 

Es difícil describir un perfil concreto de cliente, ya que dentro del mundo empresarial tenemos desde empresas del sector alto de las pymes, con muchos millones de facturación, hasta autónomos con unos cuantos trabajadores. Porcentualmente el mayor número de clientes del despacho son empresas medianas de sectores muy diversos: servicios, alimentación, inmobiliarias, informática, etc.