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Se ha avanzado mucho; actualmente hay muchas parejas que vienen a nuestro despacho a resolver sus problemas y les asesoramos a diferentes niveles para que puedan tomar las decisiones adecuadas a su situación.

 

Ante una crisis matrimonial, las personas afectadas no pasan por un buen momento, y nuestro papel como mediadores es fundamental. Generamos confianza, tranquilizamos y trabajamos para que encuentren la mejor solución para ambos. Si la pareja no lo tiene claro, nuestro primer objetivo siempre es trabajar la comunicación, pues algunos casos se han resuelto sin llegar al divorcio, en caso contrario, les orientamos para llegar a buenos acuerdos, esto además, es de importancia máxima, si existen hijos.

 

Son necesariamente complementarias. Los jueces no están para resolver cuestiones de relación sino cuestiones jurídicas. Hay muchas cuestiones a las que no puede llegar un juez, solo lo pueden hacer las partes, y la vía es la mediación. Eso sí, ésta se tiene que desarrollar en un marco jurídico seguro.

 

Se llama Resolución Centrada en Valores. Básicamente porque cuando una relación está en crisis, las personas instintivamente se refugian en si mismas y desde ahí empezamos a trabajar para determinar claramente los problemas y generar soluciones que permitan resolver el conflicto satisfactoriamente para todos. Para ello contamos con un buen equipo de colaboradores especializados que participan en función de las necesidades que presente cada caso.

 

Resolver. Guiar teniendo en cuenta las emociones y avanzando en el sentido de llegar acuerdos de futuro que garanticen la calidad de vida de las personas que confían en nosotros. Pensamos en las personas, nos adaptamos a ellas a todos los niveles (emocional, nivel adquisitivo, personal…) para que puedan resolver su situación. Prácticamente el 100% de las parejas que vienen al despacho llegan a acuerdos amistosos, evitando la vía judicial y por tanto costes añadidos "innecesarios" ,en la mayoría de los casos, si existe una buena mediación.

 

- esRESOLUCIÓN no solo se dedica a la mediación, sino también a la formación de mediadores. ¿Qué bagaje necesita el mediador ideal?

A nivel curricular además de una carrera universitaria y una especialización, una formación continuada. En Catalunya, cada dos años tienes que acreditar 40 horas de formación. A nivel personal, considero que hay ciertas aptitudes a valorar en un buen mediador, tener un bagaje personal y emocional, autoconocimiento, capacidad de autocrítica, inteligencia emocional y capacidad de escucha activa. A nivel profesional, para poder ofrecer calidad y seguridad es imprescindible que tenga supervisión, en este sentido, desde el ámbito de la formación, es necesaria durante los primeros años de ejercicio de la profesión.