
Eva Triviño Acuña, Gerente de la Asociación Española de Dirección y Desarrollo de Personas (AEDIPE
El ocio como fuente de motivación en las organizaciones
Ya desde mediados del siglo pasado las organizaciones han experimentado numerosos cambios sujetas a un entorno global, cambios en las relaciones organización-trabajador, en la forma de relacionarse sus clientes y en las propias relaciones de los trabajadores, lo que ha supuesto que las organizaciones se hayan visto en la necesidad de búsqueda de nuevas fórmulas alternativas que motiven a las personas a pertenecer a sus organizaciones.
Las organizaciones necesitan atraer y retener a los mejores, y el tradicional aumento salarial se ha mostrado de por sí insuficiente. Hay que buscar toda una serie de incentivos con el objetivo de motivar al trabajador y comprometerle emocionalmente con la empresa: los paquetes de retribución variable, en forma de cheques comida, cheque guardería, ya prácticamente implantados en la mayoría de las organizaciones.
Se empiezan a aplicar los beneficios del ocio al trabajo, un concepto que ya ocupó un papel básico en el pensamiento de los filósofos. Así, Aristóteles afirmaba que todo en esta vida es relativo al ocio, siendo el objetivo de todo comportamiento humano, y jugando un papel crucial en el desarrollo de los hombres, afirmando que: del mismo modo que se hace la guerra para tener paz, la razón por la que se trabaja es para obtener ocio, ya son numerosas las empresas que retribuyen con permisos, vacaciones, fines de semana en hoteles, paradores, etc. En definitiva, tiempo libre para sus empleados.
Junto a ésta aparecen nuevas tendencias en las relaciones organización-empleado, como son la búsqueda de proximidad y de contacto personal entre ambas partes, para favorecer un entorno de confianza. En este sentido, una de las actividades que empiezan a realizar las organizaciones es vivir experiencias dentro de las organizaciones con el objetivo de unir a las personas que las comparten, surgiendo términos como Outdoor, en sustitución a las tradicionales y aburridas reuniones empresariales. Se buscan experiencias diferentes, originales y únicas, que los trabajadores recuerden y puedan compartir, en las que se combinen los aspectos formativos con los lúdicos; atrás quedaron las formaciones únicamente presenciales y se da la bienvenida a fines de semana de paintball, deportivos Contratar un viaje de este tipo no es una inversión desde el punto de vista contable, obviamente, pero sí lo es desde el punto de vista de marketing, ya que a diferencia de otro tipo de regalos estas experiencias se quedan en el recuerdo de los participantes, que asociarán a la empresa con aquella vivencia tan especial que les ofreció.
También cada vez hay más empresas que se preocupan por la salud del empleado, incluyendo gimnasios y todo tipo de actividades deportivas en sus propias instalaciones o en sus paquetes retributivos. Para completar, en los últimos años han surgido los clubes de fidelización del empleado, que ofrecen descuentos y ventajas en el ámbito de ocio o profesional a los trabajadores, generando así un valor más de pertenencia a la organización.