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La Vanguardia

Desayuno y merienda, dos comidas que no hay que saltarse

La margarina es una fuente saludable de nutrientes esenciales para embarazadas y escolares.

El desayuno y la merienda son dos de las principales fuentes de energía diaria en niños y mujeres embarazadas. De hecho, el desayuno debe proporcionar el 20% del aporte energético diario en los escolares y educar al niño en este hábito desde pequeño es la clave para que lo incorpore a su vida diaria. Por otro lado, la merienda es esencial para recuperar fuerzas y evitar el exceso de comida en la cena. Frutas, verduras, lácteos, cereales y grasas como la margarina, son esenciales y deben ser la base de la primera y tercera comida de los más pequeños de la casa y mujeres gestantes.

En el mundo occidental los hábitos alimentarios están cambiando como consecuencia del estilo de vida actual que llevamos, profundamente marcado por la dedicación al trabajo y la falta de tiempo para comer, comprar y cocinar. Estas costumbres se reflejan en la alimentación en dos sentidos: cuantitativamente, con un consumo excesivo de alimentos, superior a las ingestas recomendadas en cuanto a energía y nutrientes para el conjunto de la población y, cualitativamente, con una pauta alimentaria rica en proteínas y grasas de origen animal. Seguimos una alimentación hiperproteica e hipergrasa fuera y dentro de casa, unida a una falta de actividad física que ha hecho que las cifras de sobrepeso y obesidad se vean incrementadas.

La alimentación española actual responde a estas características aunque tiene como ventaja frente a otros países europeos que en España se consumen más vegetales y pescado gracias a su situación geográfica y a la tradicional dieta mediterránea en la que predomina la ingesta de estos productos sobre otros menos saludables.
 Una alimentación sana y equilibrada es aquélla que permite a las personas el mantenimiento de un óptimo estado de salud, aportando la energía necesaria para la actividad de la jornada. El conjunto de alimentos que ingerimos debe cubrir las necesidades del organismo, tanto en niños, como adultos y ancianos.

El desayuno: principal fuente de energía del día
Según datos del Ministerio de Sanidad y Consumo, el 6,2% de la población infantil y juvenil no desayuna habitualmente y sólo el 7,5% de los niños toman un desayuno equilibrado compuesto por leche, fruta o zumo e hidratos de carbono.
 Además, el 59,5% de los niños dedica al desayuno menos de 10 minutos al día, en contra de las recomendaciones de las Autoridades Sanitarias que consideran que esta primera comida del día debería tener una duración mayor. El hecho de que los más pequeños dediquen tan poco tiempo al desayuno se asocia a una baja calidad nutricional del mismo.

Esta situación debe cambiar, ya que el desayuno es una comida muy importante para los niños porque les aporta la energía necesaria para afrontar el día. Los nutricionistas consideran que debe suponer hasta el 25% de las necesidades de nutrientes del escolar. Sin un desayuno adecuado el niño no tiene energía para afrontar el esfuerzo físico e intelectual que le requieren las actividades escolares.
 Uno de los objetivos principales del Ministerio de Sanidad y Consumo y de las empresas de alimentación como Unilever es promover la importancia del desayuno para empezar el día. Para ello, hay que informar y educar sobre la necesidad de comer un desayuno equilibrado y variado y conseguir un cambio en los hábitos de la población.
 Un desayuno correcto y adecuado a las necesidades nutricionales debe contener una variedad de alimentos que incluyan los nutrientes necesarios: un lácteo (leche, yogur, queso), cereales, una aporte de grasa  que proporciona la margarina o el aceite de oliva, fruta, mermelada, miel e incluso fiambre. Debe aportar alrededor de 500 calorías.

La merienda, la tercera comida del día
De la misma forma que el desayuno, la comida y la cena, la merienda es una necesidad diaria que no se puede saltar ni ignorar. Cuando un niño sale del colegio, después de un largo día de actividades escolares, lo primero que debe hacer es merendar. Ingerir algo a media tarde nos ayuda a reponer fuerzas y evita que comamos en exceso antes de irnos a dormir. Este tentempié debe hacerse en equilibrio con la dieta de todo el día. Volver al bocadillo de siempre es una sana costumbre que debería imponerse a los productos prefabricados.
 Es importante para que el niño se mantenga interesado en la merienda, que se varíe el contenido y la presentación de la misma de vez en cuando. Se pueden hacer sándwiches o bocadillos con distintos rellenos, en los que la margarina puede ser un elemento constante por su elevado valor nutritivo y porque se puede combinar con distintos ingredientes que amenicen la merienda de los más pequeños, como el jamón, el queso, la mermelada. Los expertos también recomiendan consumir fruta y  algunos frutos secos.
 Según Raquel Bernacer, nutricionista de Unilever, “también es importante que las mujeres embarazadas o lactantes desayunen y merienden para cubrir sus necesidades nutricionales. Asimismo, este consejo es aplicable a las personas mayores, ya que su capacidad digestiva es menor y la absorción de ciertos nutrientes puede verse afectada negativamente”.     

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